Si son contadas las ocasiones en las que he hablado largo y tendido sobre fotografía o video, es porque, a pesar de que mi trabajo implica usar una cámara, no me considero un «profesional» en la materia; soy, nada más, una persona que tuvo la suerte de llegar a donde está, y que no está seguro de cómo lo ha hecho. Sin embargo, con un poquito de experiencia sobre los hombros, hoy me gustaría tocar un tema que me incomoda, que se siente como un vicio que pulula en la comunidad audiovisual de las redes sociales. Me refiero al uso de la palabra «cinematográfico».
He pasado unas cuantas semanas viendo videos para informarme sobre cómo llevar a cabo ciertas tareas con una nueva herramienta que adquirí, y en la gran mayoría de los casos, los títulos de dichos videos incluyen cosas como «consigue tomas más cinematográficas con [tal o cual]». Conforme más me adentro en este mundillo de los tutoriales, más común se vuelve este problema y más frustración siento, pues, me pregunto, ¿qué hace que una toma sea «cinematográfica»?
Entiendo, claro, que hay ciertos elementos que todos asociamos con el cine, aunque sea de manera inconsciente: quizá algún movimiento como… un dolly in, una correción de color tirándole al tan popular teal and orange, determinados cuadros por segundo o una iluminación en particular. Estas vinculaciones al mundo del séptimo arte están… bien. Mi problema, no obstante, nace del uso indiscriminado de la palabra «cinematográfico» para venderle a las personas determinadas maneras de hacer las cosas: «Pon tu cámara en esta vara de 10 pies, haz una toma desde atrás de tu personaje, siguiéndolo y conseguirás una toma más cinematográfica».
Creo que, en estos casos, el término «cinematográfico» en realidad no significa nada, o, por el contrario, se utiliza como sinónimo de una composición decente, una corrección de color mínimamente bien hecha o movimientos de cámara básicos que cualquiera con un poco de escuela debería ser capaz de utilizar.
No pretendo decir que estos conocimientos no deberían ser compartidos: todo lo contrario. Mientras más gente sepa cómo encuadrar correctamente o cómo corregir su imagen de acuerdo al estilo que más le acomode a su historia, mejor. Lo que me gustaría es que las personas que hacen esos videos dejaran de usar la palabra «cinematográfico» como un comodín. También comprendo que, para alguien sin entendimientos muy profundos, es mucho más fácil englobar cualidades dentro de un único término, pero, en lo que a mí respecta, pedir que algo sea más «cinematográfico» es como solicitarle a un diseñador que «le meta más diseño» a su trabajo. Es… absurdo. Y más cuando lo que te están mostrando en pantalla en esos tutoriales no es, ni de cerca, «cinematográfico».
Podríamos decir que este texto es una rabieta por mi parte, un cartel que apunta hacia lo que yo considero que es un problema al que no ofrezco solución. Y, sí, quizá lo sea. Pero, mientras resuelvo esta tormenta creada en un vaso de agua, recuerda: lo «cinematográfico» no es un género, ni tampoco un estilo en particular. La fotografía y el video son disciplinas de prueba y error, de practicar, practicar y practicar (informándote sobre el porqué de las cosas, no con videos de «5 tomas que harán tu TikTok más «cinematográfico»). No hay una fórmula secreta para conseguir un look de cine, porque cada película es diferente y cada narrador tiene su estilo. Si pones Captain Fantastic junto a Matrix y luego esas alado de Tangerine, te darás cuenta que lo que las hace «cinematográficas» no es nada más que conocimientos básicos con un toque de creatividad.
Más adelante continuaré tratando este tema.