Sobre el Attic Notebook
Hace algunos años, Laini Taylor, autora de Hija de Humo y Hueso y de El Soñados Desconocido, publicó en su cuenta de Instagram que comenzaría su Attic Notebook, un ejercicio de escritura que me cautivó en un instante.
El reto es bastante sencillo: cada día, hay que escribir una historia siguiendo un tema predeterminado. Hoy, mi tópico podría ser «amor» y mañana, «flor». Las distintas palabras que se convertirán en historias se pueden compilar en una lista —por el bien del orden; en realidad, nada te detiene de irlas inventando cada mañana. Al terminar todos los temas, será hora de guardar la libreta, tu attic notebook, por un mes —o más. Pasado este tiempo, puedes abrirla y redescubrir lo que escribiste, como si te encontraras con un libro perdido en un desván.
La primera vez que realicé este ejercicio, perdí la libreta por más de un mes y cuando la encontré, fue bastante entretenido leer los personajes y las situaciones que había creado. A veces todavía la reviso, sorprendiéndome con lo que hay guardado entre sus páginas. Es como reencontrarte con viejos amigos a los que habías olvidado.
Hoy decidí volver a realizar este ejercicio y para lograrlo, le pedí a mis amigos de Instagram que sugirieran temas. Hasta ahora, han aparecido palabras bastante peculiares, como «apoteosis» o «serendipia», y temas que no pueden faltar en una buena historia, como «amor» o «belleza».
Por diversos motivos, no había sentido ganas de volver al blog —no lo visitaba desde hace cuatro meses. Uno de los principales es que no tenía nada que decir. En realidad, es posible que todavía no tenga nada que decir, pero quería dejar un registro del inicio de mi nueva Attic Notebook —ya fui a comprar una nueva libreta y todo eso— e invitarte a formar parte de esta aventura.
Dejaré aquí la lista de temas que han surgido de Instagram, por si quieres animarte. Yo comenzaré hoy, 16 de abril, y aunque todavía no sé si publicaré las historias aquí, sí me gustaría conocer las tuyas. Si escribes una, o si sigues esta lista de temas, házmelo saber. Sería maravilloso saber que alguien más se une a este loco intento conmigo.
Día 1: Bienestar.
Día 2: Tiempo.
Día 3: Serendipia.
Día 4: Ansiedad.
Día 5: Culpa.
Día 6: Grafito.
Día 7: Recuerdo.
Día 8: Hipocresía.
Día 9: Ocio.
Día 10: Guerra.
Día 11: Arte.
Día 12: Amor.
Día 13: Apoteosis.
Día 14: Sueños.
Día 15: Yoyos.
Día 16: Pasión.
Día 17: Libros.
Día 18: Sexo.
Día 19: Travesura.
Día 20: Autoestima.
Día 21: Soledad.
Día 22: Olvido.
Día 23: Depresión.
Día 24: Belleza.
Día 25: Música.
Día 26: Apegos.
Día 27: Cielo.
Día 28: Mar.
Día 29: Tonada.
Día 30: Platillo.
Día 31: Compañía (en silencio).
Día 32: Sentimientos (en el tiempo).
Día 33: Herencias.
Día 34: Impuntual.
Por supuesto, esta lista puede ser usada para lo que gustes, no solo para historias. ¿Haces dibujos? ¿Tomas fotografías? Este es un buen momento para retar tu creatividad siguiendo una serie de tópicos elegidos por más personas, ¿a que sí? ¿Qué plasmarías sobre «herencias»? En una libreta también se pueden guardar imágenes, notas musicales, y un montón más de cosas.
Sobre escribir ayudado por el Azar
Desde hace tiempo, creo que un escritor no es dueño de las historias que crea, sino solo un medio por el cual las palabras pasan para encontrar un hogar, y luego de jugar Calabozos y Dragones con mis amigos, se me ocurrió que una manera de añadir un toque de incertidumbre y emoción al proceso de darle vida a un mundo podría ser añadiendo el elemento del Azar.
Algunas de mis historias las crearé usando un D20: Para determinadas acciones de mis personajes, lanzaré un dado de 20 caras, y a partir de allí determinaré si consiguen o no sus objetivos, que pueden ir desde forzar la cerradura de una puerta hasta saltar de un techo a otro.
¿Te gustaría intentarlo? Si no sabes cómo funciona un D20, puedes leer este artículo de Wikipedia para darte una idea. Si no deseas ir para allá, te lo resumo: 20 es el máximo que puede caer en tu dado, y a este tiro se le llama critical success (triunfo crítico), mientras que un 1 sería un critical failure (fallo crítico). Imaginemos, entonces, que tu personaje quiere intentar invitar a una chica a salir, y es un personaje bastante común, entonces no tiene ninguna ventaja por poseer, por ejemplo, bastante carisma. Lanzas tu D(ado)20 y cae 4. Bueno… quizá tu personaje se ponga muy nervioso al momento de invitar a esta chica a salir: suda, tartamudea y todo sale fatal. Si por el contrario, cae algo como un 17, lo lograría casi con honores. Si llegase a caer un 1, quizá ni siquiera llegue a preguntarle al otro personaje si quiere salir a una cita; caería intentando llegar y se lastimaría un tobillo. Si le sabes a las reglas de D&D, chance hasta podrías añadir puntos extra gracias a las distintas habilidades del juego, así, si resulta que tu personaje es un maestro del kung-fu que intenta vencer a unos tipos malos, al tirar el dado se le añadirían unos números extra. En lo que Kobeh decide a escribir un texto sobre cómo crear un personaje de D&D, este o este artículo podrían serte de ayuda si quieres aplicar estos conocimientos a la escritura y divertirte aún más creando.
Y, creo que ya. Eso sería todo en esta entrada. Nos vemos perdidos en el Gran Océano.